De vuelta…
Entró corriendo, y cerró la puerta tras de sí de un portazo. Algo le decía que había llegado tarde. La habitación era azul, y estaba vacía. El suelo era negro, el techo era blanco. Intentó seguir corriendo, pero sus piernas ya no respondían, fundidas al suelo. Intentó gritar, pero su garganta estaba acartonada, y no consiguió emitir el más leve sonido. Rindió su cuerpo, meciéndose a la voluntad del viento. La habitación era verde, y él en el centro.
Los primeros rayos de sol acariciaron su cuerpo. Poco a poco volvió a ser consciente, sintió cómo los pájaros revoloteaban entre sus ramas. El árbol había despertado.
Dedicado a La Mujer Biónica:
tus textos me han hecho volver la vista a mi lado creativo.
booleria.wordpress.com 
Supongo que relacionado con tema habitaciones y muerte, tal vez te interese esta película española en ciernes: «La habitación de Fermat»
«Cuatro matemáticos desconocidos entre sí son invitados por un misterioso anfitrión con el pretexto de resolver un gran enigma. La sala en que se encuentran resulta ser un cuarto menguante que les aplastará si no descubren a tiempo qué les une y por qué alguien quiere asesinarles.»
Sobre lo que has escrito… 🙂 Por un instante me he visto transportado a un momento «Cube» 🙂
Gracias.
Sospecho que este otoño viene más creativo que nunca…
uy, haciendo gamba voy y vuelvo aquí y veo que me has dedicado un texto así de improviso y sin decirme nada!!
qué emoción, me alegra suscitar tan nobles pretensiones en usted, caballero, así que volveré de vez en cuando para observar tus evoluciones.
puedes observar las mías también para ver si te siguen sirviendo de inspiración.
H.